En la sinopsis de la película Chantal Akerman por Chantal Akerman escribí que si otra persona realizaba ese film podría hacer “como si" más fácilmente. Como si las palabras del cineasta contuvieran la verdad sobre su obra, como si realmente abrieran una brecha sobre el origen de su deseo de hacer, y luego de seguir haciendo. Como si él, el director, su rostro, su sonrisa, sus silencios y su cuerpo dijeran más sobre su trabajo, y siempre fuera una tentación buscar la palabra del autor, más que tratar de saber más a través suyo y que, finalmente, se desvela, si es que hay un velo.
Escribí que hacer algo acerca de sí misma en su propio trabajo plantea muchas preguntas, preguntas perturbadoras (...) La cuestión del yo y del documental, de la ficción, del tiempo y la verdad y, por lo tanto, muchas preguntas, que por supuesto yo nunca sería capaz de responder en esta película. Ni en este libro. ¿Y por qué no ? Porque. Porque yo misma no entiendo, o no todo. Y, probablemente, si hubiera entendido todo, no haría nada.
Añadí, también en la sinopsis de Cha Cha, como llamo a esta película: Este es el cuestionamiento de toda una vida e incluso de muchas más. Entonces, ¿qué pacto puedo establecer conmigo misma, como puedo hacer como si?
Este pacto podría ser el de un balance. Ahora hace 25 –36 años hoy– que trabajo y a veces tengo la impresión de una gesticulación desesperada. Una película tras otra, y toda ese energía dispensada, un filón para estar en lo real (...) Todo sería tan simple, si fuera posible, si hubiera progreso, una tensión hacia algo mejor definido, y hacer cada vez un mejor película y qué es una película mejor. Todo sería tan simple si el equilibrio fuera posible.
Podría presentarme como mi doble, el doble más fuerte, más inteligente, que hubiera comprendido lo que su otro doble trataba de hacer desde hace tanto tiempo. Pero sólo con pensar en ello, me entra un miedo como el del héroe del relato de Dostoievski, quien entró todo pálido en su casa sin quitarse ni el abrigo ni el sombrero, cruzó el pasillo y, como alcanzado por un rayo, se detuvo en el umbral de su habitación. Yo también podría, tal como ya he hecho en algunos filmes en que he interpretado como actriz, presentarme de una forma burlesca para no tomarme en serio. Podría decir lo mismo para este libro. Palabra por palabra. Deja de dar vueltas a lo mismo, decía mi padre, y no empieces otra vez con esas viejas historias, y mi madre simplemente se callaba. No hay nada a lo que dar vueltas, decía mi padre, no hay nada que decir, decía mi madre. Y esa nada es sobre lo que yo trabajo.
Extracto del libro Akerman, Chantal (2004), Autoportrait en cinéaste. Centre Pompidou. Paris.
Editorial. Retrato como actriz, autorretrato como cineasta
Gonzalo de Lucas
Sobre lo femenino
Maya Deren
Sobre Fuses
Carolee Schneemann
Conversación sobre Wanda de Barbara Loden
Marguerite Duras y Elia Kazan
Sobre el Film-Diario
Anne-Charlotte Robertson
Nada que decir
Chantal Akerman
Sobre el Women Film Pioneers Project
Alejandra Rosenberg
Medeas. Entrevista con María Ruido
Palma Lombardo
Florencia Aliberti, Caterina Cuadros y Gala Hernández
Lois Weber: el pensamiento femenino en movimiento
Núria Bou
«Como mínimo hay que comenzar con la sensibilidad corporal»: La danza como dirección en el coreocine de Maya Deren
Elinor Cleghorn
Nada de igual: Wanda (1970), de Barbara Loden
Cristina Álvarez López y Adrian Martin
El problema con Lupino
Amelie Hastie
Presencia (aparición y desaparición) de dos cineastas belgas
Imma Merino
Autorretratos identitarios de una mirada fílmica. De la ausencia a la (multi)presencia: Duras, Akerman, Varda
Lourdes Monterrubio Ibáñez
Jorge Oter; Santos Zunzunegui (Eds.) José Julián Bakedano: Sin pausa / Jose Julian Bakedano: Etenik gabe
María Soliña Barreiro