EDITORIAL. MANNY FARBER: SISTEMAS DE MOVIMIENTO

Gonzalo de Lucas

Para José Luis Guarner, 1937-1993

 

Siempre me he considerado un individuo político porque
presento sin cesar un programa contra o a favor de algo.

Manny Farber (1998: 354)

 

Las ideas críticas no son aciertos del juicio ni conciernen al buen gusto. La inclinación principal y hasta única de muchos críticos de cine, sin embargo, es procurar quedar bien en la exposición de su gusto, de ahí la previsibilidad o redundancia entre textos.

 

Las ideas de Farber surgen de la visión y movimiento entre lenguaje e imagen, allí donde se reflejan las contradicciones artísticas y también las contradicciones de las valoraciones provisionales que nos hacemos sobre ellas: el ojo como una placa sensible que no fija, sino que siempre se mueve, cambiando emocionalmente según la reacción química al lugar -la sala en que se ve el film- o del propio cuerpo -según el ánimo, la época que se esté pasando, etc.-. De ese proceso de revelado surgen las ideas visuales que, para producirlas y sostenerlas por escrito, exigen el trabajo de no jerarquizar entre la observación del centro y la periferia del encuadre, entre lo aparentemente grande o importante y lo pequeño o banal.

 

La escritura de Farber regala entonces una sensibilización ante cada instante del cine «en que el Director (y los intérpretes, por supuesto) haya acertado a suprimirse personalmente lo más posible, y en vez de hacer que la película sirva a una intención o mensaje (o suyo o del Dinero), se haya dejado arrastrar por alguna ocasión que se le ofrecía de que el juego mismo de la “escritura del movimiento” dijera algo que hiciera palpitar los corazones y ayudara a la razón a penetrar en la imposibilidad del Tiempo» (GARCÍA CALVO, 1995: 105).

 

En la lectura de Farber observamos que, del mismo modo que Bresson oponía su Cinematógrafo al Cine, su escritura poseía otra materia a la de la crítica, era otro oficio. Los artículos de Farber son procesos creativos, al igual que sus pinturas: algo que encuentra ahí, misteriosamente, su forma más justa y exacta posible, su ritmo intraducible.

 

Sus escritos parten de los procesos del cine para apuntar una meditación sobre los ritmos del lenguaje. La última frase del último artículo que escribió, junto a Patricia Patterson, está dedicado a Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles (Chantal Akerman, 1975) y empieza: «Watching the luminously magical space of a washing-smoothing-cooking-slicing-kneading near-peasant….» (FARBER, 2009: 769). Todo el montaje de las tareas domésticas y del espacio de Jeanne Dielman, que Akerman muestra a lo largo de tres horas, es remontado en una sola frase, como si el tiempo dilatado y sostenido del filme hubiera estallado, a través del ritmo verbal, en un arranque de súbita velocidad que a la vez comprime la duración expresiva original: misterio, imposibilidad del tiempo.

 

Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles (Chantal Akerman, 1975)

Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles (Chantal Akerman, 1975)

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

FARBER, Manny (1998). Negative Space. Manny Farber on the Movies. Expanded edition. New York. Da Capo Press.

FARBER, Manny (2009). Farber on Film. The Complete Film Writings of Manny Farber. POLITO, Robert (Ed.). New York. The Library of America.

GARCÍA CALVO, Agustín (1995). Técnica y política del Cinematográfo: razón pública frente al consumo privado. Archipiélago. Cuadernos de crítica de la cultura. Nº22, otoño, pp. 103-107.