JASON JACOBS Y STEVEN PEACOCK (EDS.). 'TELEVISION AESTHETICS AND STYLE'.
Bloomsbury, New York, 2013, 352 pp.

Raquel Crisóstomo

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Que Bryan Fuller decida apostar por la exaltación del tratamiento pictórico en la imagen en Hannibal (NBC, 2013-2015) no es una decisión baladí. Es una parte esencial que convierte a esta ficción en lo que es, en la narración ponzoñosa de un caníbal seductor. La forma en la que el hielo cae en el vaso de whisky que Roger Sterling le prepara a Don Draper tras el momento It’s toasted, no es algo casual en Mad Men (AMC, 2007-2015), sino que convierte al espectador en parte de esa victoria y le hace sentir cocreador de la idea. Que el estilo de animación de Archer (FX, 2010-) incida directamente en la complejidad de sus secuencias de comedia tampoco es algo fruto de la circunstancia; por el contrario es lo que permite desencadenar situaciones cómicas de un ritmo en comedias de situación con personajes reales.

  

Estas son algunas muestras de la importancia nuclear de lo estético y del estilo en las series de televisión. Aunque la literatura crítica cinematográfica se ha preocupado vastamente por la importancia de lo estilístico en las películas –un elemento que sin lugar a dudas conforma una de las preciosas facetas de algunas de las joyas más importantes de la historia del séptimo arte–, en la mayoría de las aproximaciones que los estudios académicos televisivos han hecho a las series de esta tercera edad de oro, se echa de menos ese tipo de acercamiento. Si bien es cierto que algunas de las series más importantes de nuestro tiempo destacan por su complejidad dramática o la elaboración del concepto de autoría que conllevan, entre otros aspectos de vital interés, lo estilístico no ha sido una de las áreas sobre las que más prolijamente se haya escrito y si se ha hecho ha sido desde un formalismo estricto.

 

Jason Jacobs y Steven Peacock, conscientes de esa carencia, nos presentan en Television Aesthetics and Style una colección de ensayos sobre este aspecto, reflexiones alrededor de diversas ficciones televisivas contemporáneas en cuanto a lo estético, un elemento que sin lugar a dudas también consideran como elemental. Los editores de este volumen articulan a través de cuatro partes las casi treinta intervenciones y las distintas cuestiones que plantea el debate del estilo en la televisión, en base a los distintos géneros televisivos, algo especialmente valioso ya que permite una panorámica completa al lector.

 

En la primera parte, se abordan cuestiones de talante conceptual, que va desde el análisis estilístico y lo que yace en ello, pasando por los peligros de dejar de lado este tipo de cuestiones, al uso más idóneo de la nomenclatura apropiada a utilizar en el análisis estilístico en lo televisivo –¿a qué nos referimos con cinemático?; ¿es legítimo hablar de lo estético en televisión?–, en textos tan interesantes como los de Jason Mittell y Sarah Cardwell. Especial interés tiene esta primera sección, ya que en ella se plantean cuestiones importantes sobre los conceptos de partida para el estudio de esta área, planteamientos básicos muy necesarios para legitimar la investigación y generar un interesante debate académico.

 

En el segundo bloque se agrupan textos dedicados al papel de lo estilístico en las comedias televisivas, tales como Arrested Development (FOX, 2003-2006) o la serie de animación Archer, nombrada anteriormente. La tercera parte por el contrario se centra en el drama, donde destacan algunos estudios de caso como el del uso del flashforward en Breaking Bad (AMC, 2008-2013) o la utilización de lo estético en Boardwalk Empire (HBO, 2010-2014). Finalmente, la cuarta sección está destinada a la reflexión alrededor de las series históricas y la no ficción, con el análisis de algunos títulos muy diversos tales como los realities con el baile como protagonista o los documentales de postguerra en la televisión británica de la mano de Ieuan Frankin.

 

El planteamiento del volumen destaca por no trabajar en exclusividad los grandes éxitos de origen norteamericano, sino también su apertura hacia la televisión británica. Este libro se trata además de un corpus importante de capítulos firmados por algunos de los más reputados investigadores contemporáneos de la televisión y es necesario destacar la pasión por el tema que se intuye en cada uno de los textos, que desde lo formal y el rigor académico analizan y justifican las distintas afirmaciones con gran criterio.

 

En definitiva se trata de una obra muy necesaria para el estudio de las obras ficcionales televisivas, planteada desde el respeto por la tradición formalista de los estudios previos pero que trabaja abiertamente en una línea de investigación –la de la estética televisiva– que ha sido acusada en diversas ocasiones de ser un peligro pre-estructuralista. El buen hacer de los editores y los autores que participan resuelve dudas en un terreno todavía precariamente explorado por los estudiosos del medio, el de lo estético y su aplicación en las series de televisión, un campo ya no tan emergente y que además se encuentra en plena transformación. Jacobs y Peacock plantean un enfoque mucho más intertextual y fluido de las series como piezas artísticas, alejándose del encorsetado formalismo y con un punto de vista abierto a distintas formas de abordar lo estético, y han creado un texto desde la academia con un claro afán democratizador para los amantes de lo televisivo.